magic colors

Koh-I-Noor Hardmuth es una marca checa fundada en 1790 y que es popular en países de Europa del Este como Polonia, y también en Suecia. En la Europa occidental se la conoce menos a causa de otras marcas también muy prestigiosas como Faber-Castell, Staedler o Caran d’Ache, por nombrar algunas. Ofrece una gran variedad de productos artísticos, algunos de ellos muy innovadores, como son estos lápices mágicos de la serie Progresso de los que voy a hablar hoy. Si quieres saber más sobre Koh-I-Noor, puedes leer su historia aquí.

Los lápices mágicos de Koh-I-Noor, orientados a un coloreo más desenfadado que artístico, se caracterizan por sus minas de tres colores, de forma que, si vas girando el lápiz, pintas un poco diferente cada vez. Aunque algunas combinaciones son imperceptibles, otras resultan muy interesantes, como el caso del verde-amarillento o del azul-rosado. Los lápices mágicos originales son de madera y mucho más gruesos que los normales (triangulares los que vienen en caja y hexagonales los de blíster). Sin embargo, la edición Progresso (una línea que se caracteriza por la ausencia de madera, consiguiendo así un producto más comprometido con el medio ambiente) son delgados, quizás porque pesan bastante al estar hechos enteramente de una mezcla de grafito y pastel.

Los lápices mágicos Progresso se comercializan en latas de 12 y de 24 unidades, igual que sus gemelos en la versión de madera.

Para esta prueba, compré la lata de 12 colores. Estos lápices son redondeados, sólidos y pesados, por lo que hay que tener cuidado, porque si se caen al suelo, se partirán con más facilidad que los de madera. El exterior está laqueado, pintado al parecer con una representación de los colores de la mina. Incluye también el nombre de la compañía, la palabra «Magic» y el país de producción (en este caso la República Checa, aunque no es el único país que los produce) y unos copos de nieve, por ser una edición limitada de Navidad. La base del lápiz es redondeada, cubierta y brillante. Los lápices ya vienen previamente afilados y manchan si pasas los dedos alrededor de la punta (que es la única parte que no viene laqueada). No los he afilado aún porque duran muchísimo: ya he realizado algunos dibujos y las puntas continúan afiladas. Increíble. Estos lápices no manchan al pintar en papel, ni desprenden partículas. Sin embargo, no expelen la fragancia a la que Koh-I-Noor nos tiene acostumbrados en su versión de madera.

ko magic

Las minas de estos lápices son supuestamente de 5.6 mm, y según el color pintan mejor o peor. Hay colores como el verde o el azul que quedan muy bien, pero otros como el amarillo o el rosa apenas se notan, por lo que hay que apretar más si quiere conseguirse un mejor efecto. Por alguna razón, me parece que el resultado sobre el papel de los lápices sin madera no es tan bueno como el de los originales, quedan menos cremosos, como si llevasen más cera, aunque he leído buenas críticas en otras versiones de la serie Progresso. Como digo, no son tan cremosos como los Polycolor, pero se pueden mezclar (sobre todo entre colores similares como el azul celeste y el oscuro). De todas formas, no hay mucha necesidad de mezclar cuando la mina te ofrece un festival de colores con cada giro que das.

koh i noor magic

Los colores de esta edición resultan un poco pálidos y menos vibrantes que los de la serie Polycolor, aunque dejan un resultado muy bonito sobre el papel; más «apastelado».

Los Progresso Magic son portables y ergonómicos, pero se ha de tener cuidado, pues pueden ensuciar durante su transporte, y también pesan más que los lápices convencionales, como ya comentaba. Cuidado con los golpes, ya que no disponen de ninguna capa exterior que los proteja.

El estuche donde vienen los lápices es muy bonito; es la típica lata de resistencia media y sin bisagras que utiliza Koh-I-Noor para todas sus líneas. Eso sí, hay que tener precaución, porque se bolla fácilmente y no protege los lápices en caso de impacto.

La resistencia a la luz de los Progresso Magic es algo que habrá investigar personalmente y con el paso del tiempo, pues la compañía no se pronuncia sobre ello, o al menos yo no he encontrado información. De todas formas, es de esperar que su resistencia a la luz no sea alta, ya que estos lápices son más para uso recreativo que artístico (la página oficial los clasifica en el apartado de “hobbies”).

La paleta de colores es la siguiente:

magic

Sol del Sahara / Naranja flor / Granada / Amapola
Helado de fresa / Violeta bosque / 
Mundo acuático / Crepúsculo tranquilo
Prado diente de león / 
Bosque lluvioso / Arbusto australiano / Metal titanio

Y aquí va un dibujo íntegramente coloreado con los Magic Progresso (fuente: desconocida):

IMG_20181122_115548.jpg

En resumen, me parecen un bonito regalo navideño para gente que adore los lápices, para niños y para artistas que deseen probar algo diferente. También los recomendaría para coloristas que quieran lograr efectos variados en sus dibujos. A mí me encanta todo lo que lanza Koh-I-Noor, me gustan los lápices mágicos desde que probé los originales de madera, y quería regalarme esta edición especial que aúna unos colores vistosos con la ecología de los Progresso.

Los lápices mágicos edición Progresso son caros, quizás porque se presumen como un capricho: rondan los 36 euros, aunque de vez en cuando salen ofertas, y así es como conseguí yo los míos por 19 euros en Amazon. También están disponibles en la página oficial.

Lo mejor: son originales y ecológicos.
Lo peor: algunos colores son pálidos y hay que hacer más presión para que se noten. Para no ser un producto de arte profesional, resultan algo caros.

Puntuación: 8/10
Web oficial