Caran D’Ache es una marca suiza de reconocido prestigio que lleva produciendo material artístico desde hace mas de cien años. Si quieres saber mas sobre su historia, haz clic en este enlace.
La serie Pablo es la primera línea que compré de esta marca, porque había leído muy buenas referencias sobre ella y resulta más económica que el sueño de todo aquel que ama los lápices: la serie Luminance.
Los lápices de la serie Pablo son hexagonales y tienen minas de 3,7 mms. Son unos lápices con base de cera, ligeros pero robustos, realizados en madera de cedro poco olorosa y pintados en colores a juego con sus minas. La base del lápiz se encuentra cubierta, de tal forma que no podemos verla. A un lado de la barra viene la frase “color permanente”, el nombre de la serie (Pablo) seguida de la marca y la frase “hecho en Suiza”. Por el otro lado viene el nombre del color en inglés y francés, el grado de resistencia a la luz en asteriscos, el número de la serie (666) y el número del color.
Los lápices de la serie Pablo presentan una resistencia a la luz aceptable (de mi juego de 18 lápices, 7 presentan la gradación máxima *** y 11 de ellos la gradación **), siendo generalmente superior en los colores oscuros. Los Pablo pueden afilarse sin problemas y no manchan ni dejan grumos. La mina es de consistencia dura (o al menos más dura que la de la serie Luminance) y se gasta poco, pero no por ello resulta difícil de aplicar al papel. Los colores son ricos y se mezclan bien.
Los lápices de esta gama se presentan ya afilados, ordenados por colores en latas con bisagras que los hace fáciles de transportar, pero que no protegerán los lápices en caso de caídas (la bandeja interior es de plástico negro). Vienen en juegos de 18, 30, 40, 80 y 120 unidades. Tal y como indica la contraportada del estuche, pueden adquirirse individualmente, lo que siempre viene bien.
La paleta de mi juego de 18 colores es la siguiente:
Amarillo limón 240 / Amarillo 010 / Naranja 030 / Escarlata 070 / Carmín 080 / Morado 090 / Violeta 120 / Ultramarino 140 / Azul cobalto 160 / Azul turquesa 171 / Verde malaquita 180 / Verde césped 220 / Oliva claro 245 / Siena quemado 069 / Sombra 049 / Negro 009 / Gris 006 / Blanco 001
Algunas particularidades que poseen estos lápices son, por ejemplo, que la lata, en vez de abrirse de izquierda a derecha se abre al revés, o que el juego trae 18 colores en vez de 20 ò 24, que sería el número estándar. Una pega es que no hay ningún tono piel en el set de 18 colores; todos los rosas son demasiado oscuros como para pasar por colores piel, por lo que, para dibujar un retrato, hay que tirar de otros juegos. En un estuche de 12 colores no vas a esperar que traigan tonos piel porque la paleta es la básica, pero en el de 18, pienso que podrían haber incluído algún rosa más claro, en vez de varios azules o verdes, por ejemplo. Dicho esto y, aunque no soy ni mucho menos una experta, personalmente, el Pablo es un lápiz que no termina de conquistarme, como lo harían inmediatamente otros como el Polychromos de Faber-Castell o el Prismacolor Premier. No sé por qué, y lo estoy intentando pero, a pesar de las buenas críticas que tiene, aún se me resisten un poco.
Aquí un dibujo que realicé de Crimson Viper (Street Fighter) con estos lápices (menos para el tono de la piel, que utilicé los Koh-I-Noor Retrato):
Otro dibujo realizado completamente con los lápices Pablo:
Lo mejor: la mina se gasta poco, pero es cremosa. Los colores se mezclan bien.
Lo peor: resultan un poco caros y no incluyen tonos piel en los sets de 18 lápices.
Puntuación: 8/10
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