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Reseña: rotuladores permanentes — 20 enero, 2019

Reseña: rotuladores permanentes

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La marca Sharpie comenzó su andadura en 1857, de la mano de Redington y Sanford Jr. En Worcester, Estados Unidos. Tras muchas tribulaciones, incluyendo el traslado de la fábrica a Chicago, un incendio y la Gran Depresión, a partir de los años 40 la compañía centró sus esfuerzos en los rotuladores, y así es como nació el rotulador Sharpie. Desde entonces se han vendido más de doscientos millones de unidades, y son los preferidos de muchos por su paleta de colores y secado rápido. Si quieres saber más sobre esta marca, te recomiendo esta entrada.

Compré los rotuladores Sharpie en una oferta (creo que fueron 9 libras por el estuche de 28) porque había oído hablar mucho acerca de ellos. Desde el principio me sorprendió su calidad, los colores tan vivos, el hecho de que se incluyeran algunos de punta fina y otros de punta gorda, e incluso el mismo color repetido varias veces (por ejemplo el negro, que es el que más se usa). Utilizo poco los rotuladores como medio, pero estos me han sorprendido por su acabado profesional y, sobre todo, por lo rápido que se secan, permitiendo continuar con el dibujo sin miedo a que la tinta se diluya con la mano, la regla o mezclando colores.

Rotulador de punta ultra fina
Rotulador de punta fina

El rotulador permanente Sharpie es robusto, de color gris brillante y con tapón de clip, para poder ser transportado fácilmente.  Es capaz de pintar en infinidad de superficies. En un lado de la barra aparece la marca, se recuerda que es un rotulador permanente y se clasifica en “punta fina” o “ultra fina”, siendo los rotuladores de punta fina más gruesos y con un capuchón redondeado, mientras que los de punta “ultra fina” son menos gruesos y el capuchón es redondeado. Estos rotuladores desprenden olor porque están basados en el alcohol (de ahí que sean de secado rápido) son resistentes al agua, y los colores no se desvanecen. Sin embargo, no pueden ser recargados por lo que, una vez que se gastan, hay que tirarlos.

Mi paleta de 28 rotuladores (algunos repetidos) es la siguiente:

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Amarillo / Naranja / Rosa pálido / Rosa claro / Rosa chicle / Azul celeste / Azul cielo / Azul marino / Azul oscuro / Violeta / Púrpura / Morado / Verde claro / Verde hoja / Verde césped / Gris / Negro

Los nombres de los colores son orientativos, ya que el rotulador no ofrece numeración o nombre para poder clasificarlos.

Los Sharpie se presentan habitualmente en blísters de plástico o en cajas de cartón gigantes con los rotuladores dispuestos a modo de rueda, por lo que hay que buscarles una caja propia una vez desempaquetados. Los Sharpies son manejables y ligeros de transportar, pero por su grosor causan ciertas dificultades a la hora de encontrarles sitio en un estuche de tiras de goma ajustables (yo siempre dejo un hueco cada 2-3 rotuladores para poder cerrar el estuche, si no es imposible).

Aquí, un dibujo coloreado con los Sharpie:

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Los Sharpie se presentan en infinidad de colores (normales, pastel, neón, etc) y en infinidad de sets de 2 unidades, 5, 8, 12, 24, 28, 30, y seguro que me dejo alguno más. Me ha sido imposible encontrar una paleta oficial, y tampoco averiguar cuántos colores tiene la gama. Eso sí; los Sharpie pueden ser usados tanto por aprendices como por artistas. Están a la venta en Amazon y en muchas tiendas físicas, ya que es un rotulador bastante popular tanto en América como en Europa.

Lo mejor: la viveza de sus colores, que son permanentes y resistentes al agua. Hay buenas ofertas.
Lo peor: No pueden recargarse y son un poco gruesos.

Puntuación: 8/10
Web oficial

La historia de Sharpie — 1 May, 2018

La historia de Sharpie

Sharpie
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En 1857, Frederick W. Redington y William H. Sanford Jr. fundaron la Compañía Sanford en Worcester, Massachusetts (Estados Unidos). Ésta se centraba en la producción y venta de pegamento y tinta. En 1866, la compañía se expandió y se trasladó a Chicago. Tras escapar del Gran Incendio de Chicago en 1871, la fábrica original de Sanford sucumbió bajo las llamas en un incendio en 1899. En tan solo un año, Sanford había reconstruído sus cuarteles centrales en Chicago. Entre 1939 y 1964 la compañía continuó creciendo, y unos productos de calidad unidos a una fuerte distribución la ayudaron a prosperar incluso durante la Gran Depresión. En 1940 la compañía cambió su nombre por el de «Compañía de Tinta Sanford». En 1964, Sanford dirigió sus esfuerzos hacia el mercado emergente de los rotuladores, y concibió el rotulador Sharpie. El Sharpie de punta fina negro se convirtió en el primer rotulador permanente en su estilo. Era capaz de escribir en casi cualquier superficie, incluyendo el cristal, la piedra, el metal o el plástico. En 1979, salió al mercado el llamado rotulador Sharpie de punta extrafina, en cuatro colores diferentes. En 1990, Sharpie fue comprada por las compañía Newell (en la actualidad Rubbermaid) como parte de Sanford, una empresa líder en fabricación y mercado de instrumentos de escritura. En 2005 apareció un nuevo Sharpie en versión mini que era la mitad del tamaño de un rotulador normal y presentaba un clip para poder ser enganchado. Un año más tarde aparecieron los Sharpies con botón retractable, en vez de con el clásico tapón de cierre. Desde sus inicios, más de 200 millones de Sharpies han sido vendidos. Estos rotuladores se producen principalmente en California, Maryville (Tennessee) y México, y son los preferidos de muchos por su rapidez de secado, punta precisa y colores vibrantes.

Web oficial

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